Libros y lecturas

Alf Layla wa-Layla, más conocido como Las Mil y Una Noches


Llevo muchas semanas queriendo dedicar unas líneas a este libro conocido, estudiado y analizado por múltiples especialistas desde su aparición en Occidente en el siglo XVIII: Las Mil y Una Noches. En la versión en castellano que he consultado (i) he echado de menos un estudio preliminar o unas notas al pie que aportaran explicaciones auxiliares, pero no por ello he dejado de disfrutar con estos increíbles cuentos orientales. 


Hermann Emil Sprengel
Scheherezade, 1881. Ejemplo de la
inspiración plástica en las Noches
Las Noches son un conjunto de relatos cortos de origen persa, árabe e indio, que fueron traducidos, recopilados y editados por el francés Antoine Galland (1646-1715), quien dedicó gran parte de su vida a la publicación de estas historias llenas de fantasía y ensoñación. Éstas provienen de diversas fuentes, en ocasiones manuscritas (cuentos traducidos del persa al árabe en el siglo IX), y en otras orales (relatos folclóricos añadidos por Galland en el siglo XVIII), tratándose de una obra a la que se fueron añadiendo relatos y que se fue gestando a lo largo de varios siglos (¡qué exótico resulta solamente con esto!). En 1704 se publicó el primero de los doce volúmenes de las Noches traducidas al francés en la versión recopilada por Galland. Fue seguido de numerosas ampliaciones, ediciones, traducciones a otras lenguas... y gozó de un gran éxito desde su aparición hasta la actualidad


Los cuentos tienen como narradora a Scheherezade, hija del Visir de un reino persa, que enlaza diversas historias noche tras noche con el fin de disuadir al sultán Shahriar de continuar con su práctica diaria de asesinar a todas sus amantes tras haber sido traicionado por una de sus mujeres. Las historias son diversas; ciertos temas como la traición, el engaño, los celos, la infidelidad, la venganza, el desamor, y todas sus consecuencias se presentan a través de lecciones morales que viven los príncipes, ladrones, jorobados, mercaderes, alcahuetas y sultanes del universo presentado por la astuta Scheherezade. 


Ilustración de Las Mil y Una Noches por 
José Segrelles (1885-1969).  Ejemplo de una 
de las  ciudades árabes de ensueño
 descritas por Scheherezade
Todo ello se entremezcla con magia, fantasía, lujo, ensoñación, hechizos, genios, hadas, sirenas, monstruos, animales encantados, viajes imposibles, palacios suntuosos, tesoros, grutas... creando un mundo a camino entre lo imaginario y lo real que a dado pie a tantas imágenes plásticas e inspiraciones literarias.


Los cuentos que más me han marcado han sido los que ya conocía de la infancia, que para mi sorpresa eran más de los que pensaba. La historia de Aladino, de sobra conocida tras la producción de Disney, la de Alí Babá y los cuarenta ladrones ("Sésamo, ábrete"), la esclava que salva a sus dueños al descubrir a los ladrones en las tinajas de aceitunas... Me han entusiasmado los viajes de Simbad el Marino, que con su inicial "heredero en mi juventud de una brillante fortuna, derroché la mayor parte en el lujo y los placeres, sin acordarme de cuán transitorias son las cosas mundanas..." nos hace pensar en sin fin de personajes literarios que surgieron en las décadas posteriores, como el famoso conde de Montecristo de Alexandre Dumas.


Simbad en su segundo viaje cuando descubre
inmensas riquezas en una gruta
 nido de las aves gigantes que le atrapan




Las Noches trasladan al lector a un mundo imaginario, donde los palacios deslumbrantes y los singulares personajes con poderes mágicos construyen un universo lleno de aventuras. Aun así, también se trata de historias con un fin didáctico y que contienen un mensaje ético y moral, ya que ningún castigo queda impune y a lo sumo pagan justos por pecadores, pero nunca nadie sale ileso de una mala acción. La astucia y la justicia son para mí los dos  conceptos que sobresalen en las más de 500 páginas que componen esta obra.


La sensación de evasión espacio-temporal que provoca este libro puede ser llamativa en el siglo XXI (sobre todo cuando la mayoría de los territorios donde se desarrollan las historias están devastados por la guerra), pero en los siglos XVIII y XIX el impacto que debía crear esta obra en la mente de un lector medio, que difícilmente podía desplazarse a los países árabes, debió de ser impresionante. En una sociedad en pleno desarrollo industrial la posibilidad de trasladarse al territorio de Scheherezade resultaba una vía de escape a la que también podría recurrirse en la actualidad. De ahí que esta obra, para mí romántica con todas las letras, merezca la pena ser leída y recordada, para dejar volar un poco la imaginación y transportarnos, aunque sea virtual y fugazmente, a un lugar donde las alfombras voladoras y las recompensas a las actitudes nobles siguen existiendo.


(i) Antoine Galland, Las Mil y Una Noches. Cuentos orientales (trad. Pedro Pedraza), Barcelona: Ramón Sopena, 1974.


RCL©2011




Art & Patronage: The Middle East

Casi sin querer me acabo de topar con este libro (¿cómo no lo habré visto antes?) de reciente publicación: Art & Patronage: The Middle East. Según una descripción disponible en la web, la obra "covers a diverse range of collections, stretching from contemporary and modern art to Orientalist painting, traditional Islamic miniatures to pottery and earthenware, regional maps and manuscripts to religious icons". Los autores, todos ellos especialistas en la temática, describen a lo largo de 320 páginas ampliamente ilustradas las colecciones de un centenar de apasionados por el arte basados en Turquía, Irán, África del Norte y Próximo Oriente. 

La revista online Art Info ilustra su reseña sobre el libro con una selección de diez de coleccionistas interesados en el Próximo Oriente, añadiendo una breve descripción de los proyectos en los que algunos de ellos están involucrados. Entre ellos se nombran los proyectos museísticos de Abu Dhabi y de Qatar, y se cita a coleccionistas privados entusiasmados por el arte de temática oriental. Quisiera destacar de entre todos ellos a Farbod Dowlatshahi, que posee una colección de casi 2.000 obras realizadas por artistas del Próximo Oriente y que, según la revista, expondrá cien obras de su colección en Abu Dhabi en 2012. De esta selección se lee entre líneas cómo este emirato, junto con Dubai y Sharjah, es el más activo de los centros culturalmente emergentes de esta parte del planeta.


Volviendo al libro, la portada no me parece de lo mejor que he visto aunque con este diseño tan neutral inspirado en las vetas de un fragmento de madera se distancia de las portadas de los catálogos de exposiciones que suelen ir ilustrados con una de las pinturas más representativas de la muestra. En la tantas veces socorrida página de Amazon aparece una crítica negativa, por un tal Col Mustard, que con justicia es necesario incluir aquí:

"The work that the collectors have bought hardly gets a look in which is dissapointing as there is so little to see on the subject and one is actually more interested in the work than the people. It makes a good start - though is lacking in cultural content. As a study on Modern Middle Eastern Art - disappointing and heavily lacking.(...) Useful addition to the library but as a cultural guide to the region, weak".

A pesar de no haberlo tenido entre mis manos, confío en que este libro pinta mejor de lo que, con todos mis respetos, nuestro amigo Mostaza lo describe. Sobre todo porque se trata de una descripción de colecciones donde necesariamente la biografía y el espacio donde se encuentran las obras (normalmente el domicilio privado) de estos aficionados es importante y debe tenerse en cuenta tanto para estudiar las políticas de adquisición de estos individuos como para conocer sus gustos y costumbres expositivas. Sin pretender hacer una incursión en el mundo de la restauración, esta información puede ser útil hasta para conocer los problemas de conservación de las obras en cuestión. No se trata, por el contrario, de una "cultural guide to the region", ni de un "study on Modern Middle Eastern Art", ni de analizar en profundidad las obras de arte que componen estas colecciones. Se trata más bien de presentar al mundo los nombres y proyectos de coleccionistas emergentes, con mucho potencial, poco conocidos en Occidente (para no hablar de España), y de que, gracias a este tipo de trabajos, ellos mismos abran sus puertas al resto del planeta. A lo mejor si en el título se hubiera empleado la palabra "coleccionista" en lugar de "patrocinio" (también interpretado como "clientela") las expectativas de encontrarnos con un catálogo en orden alfabético de "los mejores doscientos artistas del Próximo Oriente" que tuviera 879 páginas y pesara 10 kilos disminuirían...

No cabe duda alguna que esta publicación encontrará cabida en mis estanterías muy temprano. Si alguien ha leído este libro sus comentarios serían más que bienvenidos.

Reseña en The National 
Página de Art Info 
Reseña en Amazon 
Créditos de imagen y cita del primer párrafo: Book Depository

Reseña bibliográfica:
Amirsadeghi, Hossein; Homayoun Eisler, Maryam (eds.)
Art&Patronage: The Middle East
London: Thames and Hudson, 2010

RCL©2011